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Caracas, 28 Mar. AVN.- El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, publicó en su más reciente reflexión, titulada ¿Eres o no eres?,
la conversación telefónica que sostuvo con el líder de la Revolución
Bolivariana, Hugo Chávez, el 14 de abril de 2002, horas después de
retornar al poder, tras derrota popular del golpe de Estado en su
contra.
En ese diálogo Chávez manifestó a Fidel que el amor de la unión cívico-militar fue el que pudo lograr su retorno al poder.
En la conversación, que se dio apenas tres horas después de que Chávez llegara al Palacio de Miraflores, el líder venezolano dijo sentirse “embriagado” de amor del pueblo.
“Ando embriagado, bueno, de amor de ese pueblo, pero sobre todo, Fidel, este es un mensaje de compromiso, es un compromiso con ese pueblo que salió a la calle, sin armas ni nada. Claro, apoyados por los patriotas militares”, contó.
En el diálogo, Chávez le comentó todo lo que pasó desde que fue sacado de Miraflores; los planes para sacarlo del país a un destino desconocido, posiblemente a Estados Unidos o República Dominicana; y la manera como comunicó al mundo que no había renunciado.
Fidel le habló de la ayuda que prestó desde La Habana para hacer saber al mundo lo que había ocurrido. Le informó que a través de las televisoras cubanas, con él como intermediario, se transmitieron llamadas de María Gabriela Chávez, Elena Frías de Chávez (madre del dignatario) y el general Julio García Montoya.
Ambos conversaron, además, sobre las torpezas cometidas por los golpistas y los desastres que causaron en un día de gobierno. Pero también hablaron sobre la capacidad humana de la Revolución Bolivariana para perdonar.
“Algo que está a favor de ustedes como argumento es que ninguno de aquellos que hicieron declaraciones, que eran actos subversivos, conspirativos, ninguno de ellos fue preso. Es decir, a diferencia de lo que ellos hicieron en las 48 horas o menos, en 24 horas, la paciencia que han tenido ustedes, como argumento, como prueba de la diferencia que hay entre la humanidad y la generosidad de la Revolución Bolivariana y lo que los fascistas hicieron”, dijo Fidel.
Antes de culminar la conversación, Chávez le expresó a Fidel: “Te prometo que haré todo lo que pueda para no darte otro susto y otra tristeza”.
A ese promesa, Fidel respondió: “¡Bien! Junto con la tristeza hemos tenido el privilegio de ser testigos de la cosa más extraordinaria que podía imaginarse”.
En ese diálogo Chávez manifestó a Fidel que el amor de la unión cívico-militar fue el que pudo lograr su retorno al poder.
En la conversación, que se dio apenas tres horas después de que Chávez llegara al Palacio de Miraflores, el líder venezolano dijo sentirse “embriagado” de amor del pueblo.
“Ando embriagado, bueno, de amor de ese pueblo, pero sobre todo, Fidel, este es un mensaje de compromiso, es un compromiso con ese pueblo que salió a la calle, sin armas ni nada. Claro, apoyados por los patriotas militares”, contó.
En el diálogo, Chávez le comentó todo lo que pasó desde que fue sacado de Miraflores; los planes para sacarlo del país a un destino desconocido, posiblemente a Estados Unidos o República Dominicana; y la manera como comunicó al mundo que no había renunciado.
Fidel le habló de la ayuda que prestó desde La Habana para hacer saber al mundo lo que había ocurrido. Le informó que a través de las televisoras cubanas, con él como intermediario, se transmitieron llamadas de María Gabriela Chávez, Elena Frías de Chávez (madre del dignatario) y el general Julio García Montoya.
Ambos conversaron, además, sobre las torpezas cometidas por los golpistas y los desastres que causaron en un día de gobierno. Pero también hablaron sobre la capacidad humana de la Revolución Bolivariana para perdonar.
“Algo que está a favor de ustedes como argumento es que ninguno de aquellos que hicieron declaraciones, que eran actos subversivos, conspirativos, ninguno de ellos fue preso. Es decir, a diferencia de lo que ellos hicieron en las 48 horas o menos, en 24 horas, la paciencia que han tenido ustedes, como argumento, como prueba de la diferencia que hay entre la humanidad y la generosidad de la Revolución Bolivariana y lo que los fascistas hicieron”, dijo Fidel.
Antes de culminar la conversación, Chávez le expresó a Fidel: “Te prometo que haré todo lo que pueda para no darte otro susto y otra tristeza”.
A ese promesa, Fidel respondió: “¡Bien! Junto con la tristeza hemos tenido el privilegio de ser testigos de la cosa más extraordinaria que podía imaginarse”.
AVN
28/03/2014 15:11
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