Foto archivo
Caracas, 25 Ene. AVN.- Hace dos años el
pueblo venezolano heredó el legado político de Carlos Escarrá, quien
fuera uno de los hombres más cercanos al Comandante Supremo Hugo Chávez,
abogado, asesor jurídico y en quien designara responsabilidades en la
vida constitucional de la República, pues fue considerado como "el
abogado de la Revolución".
El 25 de enero de 2012 falleció de un paro cardíaco, cuando cumplía funciones como Procurador General de la República, con apenas cinco meses en ejercicio.
"Los militantes de la vida nunca moriremos", pronunció Chávez durante la capilla ardiente ofrecida a Escarrá, a quien calificó como "Gran soldado del pueblo, entregado por entero a la batalla, a la Revolución; un soldado de la Ley, soldado constituyente, soldado de la Patria nueva. Descanse en paz. Nosotros seguiremos con él en la batalla".
Chávez también reconoció en Escarrá a un hombre que defendió con fervor el carácter ampliamente democrático de la Revolución. Siempre estuvo al lado del pensamiento de izquierda, de la defensa de los humildes, la igualdad y la justicia social.
En reconocimiento a esa lucha fue electo como diputado en sus dos postulaciones, en 2005 y 2010, conservando siempre en su verbo la defensa de los derechos, la justicia y la relación cercana con los humildes.
"Tuvo una capacidad impresionante, al igual que el presidente Chávez, de decirle al pueblo de manera sencilla aquellas cosas que son difíciles de entender". Esa virtud generó un vínculo de identificación con el pueblo e hizo que se multiplicará el número de grupos que llevan su nombre, recalcó su hija, Carolina Escarrá a un año de la partida física de su padre.
En ese primer año, Carolina, quien también es jurista, se acercó al pueblo para preservar el legado de su padre en una fundación que lleva su nombre, la cual fundó junto a su madre, Luz María Gil.
"En Petare hay un grupo con el nombre de papá, que trata el tema de la vivienda, en Pdvsa hay un frente que también lleva su nombre y en el Ipasme hay una sala llamada Carlos Escarrá. Además está el Movimiento Nacional de Abogados y Juristas Bolivarianos y una organización de comuneras y comuneros a nivel nacional que creó un espacio de formación con su nombre".
Carlos Escarrá perteneció durante 25 años al Partido Comunista de Venezuela (PCV), luego se incorporó a las filas del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 y acompañó el proceso revolucionario de Hugo Chávez con la fidelidad que implicaba fundar la V República.
Además, fue magistrado de la extinta Corte Suprema de Justicia, con un currículo de amplia formación en abogacía y ciencias políticas.
"Siempre soñó con la transformación de la patria", afirmó la madre de sus primeros tres hijos, Luz María Gil. Recuerda que en la primera conversación que sostuvieron éste le dijo que "dedicaría su vida a ello, que nunca se casaría, pues construir un hogar requería dedicación y a Venezuela dedicaría su vida entera".
"El derecho para él era una superestructura, pero la abogacía fue el instrumento para lograr justicia, y supo utilizarlo muy bien desde su ejercicio profesional y de la magistratura", certificó. Pero "el sueño de la transformación de la patria lo mantuvo y trabajó por él a lo largo de su vida, desde cualquier espacio".
Y así lo ratificó Chávez en sus últimas palabras para su entrañable amigo: "No es tiempo de morir, así que tú no mueres Carlos, duermes, vives y vivirás en nosotros tus alumnos".
El 25 de enero de 2012 falleció de un paro cardíaco, cuando cumplía funciones como Procurador General de la República, con apenas cinco meses en ejercicio.
"Los militantes de la vida nunca moriremos", pronunció Chávez durante la capilla ardiente ofrecida a Escarrá, a quien calificó como "Gran soldado del pueblo, entregado por entero a la batalla, a la Revolución; un soldado de la Ley, soldado constituyente, soldado de la Patria nueva. Descanse en paz. Nosotros seguiremos con él en la batalla".
Chávez también reconoció en Escarrá a un hombre que defendió con fervor el carácter ampliamente democrático de la Revolución. Siempre estuvo al lado del pensamiento de izquierda, de la defensa de los humildes, la igualdad y la justicia social.
En reconocimiento a esa lucha fue electo como diputado en sus dos postulaciones, en 2005 y 2010, conservando siempre en su verbo la defensa de los derechos, la justicia y la relación cercana con los humildes.
"Tuvo una capacidad impresionante, al igual que el presidente Chávez, de decirle al pueblo de manera sencilla aquellas cosas que son difíciles de entender". Esa virtud generó un vínculo de identificación con el pueblo e hizo que se multiplicará el número de grupos que llevan su nombre, recalcó su hija, Carolina Escarrá a un año de la partida física de su padre.
En ese primer año, Carolina, quien también es jurista, se acercó al pueblo para preservar el legado de su padre en una fundación que lleva su nombre, la cual fundó junto a su madre, Luz María Gil.
"En Petare hay un grupo con el nombre de papá, que trata el tema de la vivienda, en Pdvsa hay un frente que también lleva su nombre y en el Ipasme hay una sala llamada Carlos Escarrá. Además está el Movimiento Nacional de Abogados y Juristas Bolivarianos y una organización de comuneras y comuneros a nivel nacional que creó un espacio de formación con su nombre".
Carlos Escarrá perteneció durante 25 años al Partido Comunista de Venezuela (PCV), luego se incorporó a las filas del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 y acompañó el proceso revolucionario de Hugo Chávez con la fidelidad que implicaba fundar la V República.
Además, fue magistrado de la extinta Corte Suprema de Justicia, con un currículo de amplia formación en abogacía y ciencias políticas.
"Siempre soñó con la transformación de la patria", afirmó la madre de sus primeros tres hijos, Luz María Gil. Recuerda que en la primera conversación que sostuvieron éste le dijo que "dedicaría su vida a ello, que nunca se casaría, pues construir un hogar requería dedicación y a Venezuela dedicaría su vida entera".
"El derecho para él era una superestructura, pero la abogacía fue el instrumento para lograr justicia, y supo utilizarlo muy bien desde su ejercicio profesional y de la magistratura", certificó. Pero "el sueño de la transformación de la patria lo mantuvo y trabajó por él a lo largo de su vida, desde cualquier espacio".
Y así lo ratificó Chávez en sus últimas palabras para su entrañable amigo: "No es tiempo de morir, así que tú no mueres Carlos, duermes, vives y vivirás en nosotros tus alumnos".
AVN
25/01/2014 10:02
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