Foto: Cubadebate
Caracas, 05 Oct. AVN.- Este domingo se
cumplen 37 años del ataque terrorista al avión, un Douglas DC-8, de
Cubana de Aviación en el que murieron 73 personas. Hasta la fecha,
Estados Unidos protege al responsable de este hecho: Luis Posada
Carriles.
El 6 de octubre de 1976, el avión -que realizaba su vuelo CU-455- despegaba del aeropuerto internacional de Seawell de Barbados, rumbo a Jamaica y con destino final La Habana, cuando sufrió una explosión, localizada entre las filas de asientos 7 y 11.
El piloto Wilfredo Pérez trató de regresar a la terminal aérea e informó a la torre central del fuego, pero su esfuerzo se vio frustrado cuando se registró una segunda explosión en el baño trasero de la cabina de pasajeros y la aeronave se precipitó al mar.
En el avión viajaban 57 cubanos, entre ellos 16 integrantes del equipo juvenil de esgrima; 11 jóvenes de Guyana que iban a estudiar medicina en las universidades cubanas y cinco funcionarios norcoreanos.
El ataque fue planificado en Caracas por los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila, y fue ejecutado por los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo.
El 8 de agosto de 1985, Ricardo y Lugo fueron condenados a 20 años cárcel. Diez días después de este fallo, Posada Carriles escapó de la cárcel de San Juan de los Morros donde se encontraba, y se refugió en Centroamérica. Bosch fue absuelto en 1987 y resguardado por Washington; falleció el 27 de abril de 2011.
Posada Carriles y la CIA en Latinoamérica
Luis Posada Carriles nació en Cienfuegos, Cuba, en 1928. Se naturalizó en Venezuela. Pero su historial lo ubica más cercano a Estados Unidos que a estos dos países; puesto que fue miembro del Ejército del país norteamericano y luego se convirtió en agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Fue entrenado en la base estadounidense de Fort Benning y recibía financiación para sus actividades, como él mismo reconoció más adelante, a través de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), formada por cubanos exiliados en los EEUU y seguidores del ex dictador Fulgencio Batista.
De acuerdo a documentos desclasificados de la agencia estadounidense, Posada formó parte de la contrarrevolucionaria Operación 40 de la CIA, mediante la cual invadieron en 1961 Playa Larga y Playa Girón, en la Bahía de Cochinos, Cuba, una acción que fue frustrada por el Ejército Rebelde, los miembros de la Policía Nacional Revolucionaria y los milicianos cubanos.
Durante su permanencia en la CIA, entre 1960 y 1976, fue enviado por la agencia estadounidense como asesor de Seguridad a los servicios secretos de Venezuela, Chile, Argentina, Guatemala y el Salvador.
En Venezuela, particularmente, estuvo al frente de la antigua Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) en 1967. En ese ente actuó con impunidad bajo el seudónimo de Comisario Basilio, principalmente contra activistas de izquierda.
Cuatro años más tarde, el terrorista organizó un atentado contra el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien se encontraba en Chile de visita oficial al entonces presidente Salvador Allende, acto que fue frustrado.
En 1976 intervino en el asesinato de Orlando Letelier, ex canciller chileno de Allende.
Luego de la voladura del avión, el mercenario continúo con sus acciones terroristas. Fue el organizador de una serie de atentados con bombas contra hoteles de La Habana en 1997, hecho que reconoció públicamente un año después en una entrevista al diario estadounidense The New York Times.
En el 2000, intentó un nuevo ataque contra Fidel Castro, esta vez en Panamá, donde el líder revolucionario se encontraba para participar en la Cumbre Iberoamericana. Este acto también resultó frustrado. Un tribunal panameño condenó a Posada Carriles a ocho años de prisión, pero no se cumplió puesto que fue indultado por la entonces presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, y pudo salir a EEUU.
Posada Carriles fue detenido en Estados Unidos por delitos migratorios, y no por el asesinato de cientos de personas en hechos terroristas, acusado de mentir sobre la forma de cómo ingresó a ese país en marzo de 2005, año desde el cual Venezuela ha pedido su extradición.
No obstante, fue dejado en libertad en 2011. La jueza Kathleeen Cardone, al leer el veredicto dijo que Posada era “viejo, inválido y tenía fuertes vínculos con la comunidad”. Actualmente, el terrorista participa públicamente en actos contra el gobierno cubano.
Expulsión de las agencias de EEUU de la región
La intervención de agentes de la CIA y otras agencias de Estados Unidos sigue vigente en América Latina. Algunos países han iniciado la expulsión de estos actores, que han realizado acciones contra los gobiernos democráticamente electos.
En 2005, el gobierno venezolano expulsó del país a la Administración Federal de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, tras denunciar que había comprobado la infiltración de agentes de ese organismo en asuntos internos.
En 2008, el gobierno boliviano del presidente, Evo Morales, también pidió la salida de la DEA de su país, tras descubrir que operaba en Bolivia con fines políticos y no para luchar contra el narcotráfico.
Recientemente, este año, la administración de Morales expulsó a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) del territorio boliviano, al comprobar que los recursos manejados por la Usaid fueron destinados por esta agencia a la conspiración y a pretender erosionar la legitimidad del Gobierno boliviano.
El 6 de octubre de 1976, el avión -que realizaba su vuelo CU-455- despegaba del aeropuerto internacional de Seawell de Barbados, rumbo a Jamaica y con destino final La Habana, cuando sufrió una explosión, localizada entre las filas de asientos 7 y 11.
El piloto Wilfredo Pérez trató de regresar a la terminal aérea e informó a la torre central del fuego, pero su esfuerzo se vio frustrado cuando se registró una segunda explosión en el baño trasero de la cabina de pasajeros y la aeronave se precipitó al mar.
En el avión viajaban 57 cubanos, entre ellos 16 integrantes del equipo juvenil de esgrima; 11 jóvenes de Guyana que iban a estudiar medicina en las universidades cubanas y cinco funcionarios norcoreanos.
El ataque fue planificado en Caracas por los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila, y fue ejecutado por los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo.
El 8 de agosto de 1985, Ricardo y Lugo fueron condenados a 20 años cárcel. Diez días después de este fallo, Posada Carriles escapó de la cárcel de San Juan de los Morros donde se encontraba, y se refugió en Centroamérica. Bosch fue absuelto en 1987 y resguardado por Washington; falleció el 27 de abril de 2011.
Posada Carriles y la CIA en Latinoamérica
Luis Posada Carriles nació en Cienfuegos, Cuba, en 1928. Se naturalizó en Venezuela. Pero su historial lo ubica más cercano a Estados Unidos que a estos dos países; puesto que fue miembro del Ejército del país norteamericano y luego se convirtió en agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Fue entrenado en la base estadounidense de Fort Benning y recibía financiación para sus actividades, como él mismo reconoció más adelante, a través de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), formada por cubanos exiliados en los EEUU y seguidores del ex dictador Fulgencio Batista.
De acuerdo a documentos desclasificados de la agencia estadounidense, Posada formó parte de la contrarrevolucionaria Operación 40 de la CIA, mediante la cual invadieron en 1961 Playa Larga y Playa Girón, en la Bahía de Cochinos, Cuba, una acción que fue frustrada por el Ejército Rebelde, los miembros de la Policía Nacional Revolucionaria y los milicianos cubanos.
Durante su permanencia en la CIA, entre 1960 y 1976, fue enviado por la agencia estadounidense como asesor de Seguridad a los servicios secretos de Venezuela, Chile, Argentina, Guatemala y el Salvador.
En Venezuela, particularmente, estuvo al frente de la antigua Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) en 1967. En ese ente actuó con impunidad bajo el seudónimo de Comisario Basilio, principalmente contra activistas de izquierda.
Cuatro años más tarde, el terrorista organizó un atentado contra el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien se encontraba en Chile de visita oficial al entonces presidente Salvador Allende, acto que fue frustrado.
En 1976 intervino en el asesinato de Orlando Letelier, ex canciller chileno de Allende.
Luego de la voladura del avión, el mercenario continúo con sus acciones terroristas. Fue el organizador de una serie de atentados con bombas contra hoteles de La Habana en 1997, hecho que reconoció públicamente un año después en una entrevista al diario estadounidense The New York Times.
En el 2000, intentó un nuevo ataque contra Fidel Castro, esta vez en Panamá, donde el líder revolucionario se encontraba para participar en la Cumbre Iberoamericana. Este acto también resultó frustrado. Un tribunal panameño condenó a Posada Carriles a ocho años de prisión, pero no se cumplió puesto que fue indultado por la entonces presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, y pudo salir a EEUU.
Posada Carriles fue detenido en Estados Unidos por delitos migratorios, y no por el asesinato de cientos de personas en hechos terroristas, acusado de mentir sobre la forma de cómo ingresó a ese país en marzo de 2005, año desde el cual Venezuela ha pedido su extradición.
No obstante, fue dejado en libertad en 2011. La jueza Kathleeen Cardone, al leer el veredicto dijo que Posada era “viejo, inválido y tenía fuertes vínculos con la comunidad”. Actualmente, el terrorista participa públicamente en actos contra el gobierno cubano.
Expulsión de las agencias de EEUU de la región
La intervención de agentes de la CIA y otras agencias de Estados Unidos sigue vigente en América Latina. Algunos países han iniciado la expulsión de estos actores, que han realizado acciones contra los gobiernos democráticamente electos.
En 2005, el gobierno venezolano expulsó del país a la Administración Federal de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, tras denunciar que había comprobado la infiltración de agentes de ese organismo en asuntos internos.
En 2008, el gobierno boliviano del presidente, Evo Morales, también pidió la salida de la DEA de su país, tras descubrir que operaba en Bolivia con fines políticos y no para luchar contra el narcotráfico.
Recientemente, este año, la administración de Morales expulsó a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) del territorio boliviano, al comprobar que los recursos manejados por la Usaid fueron destinados por esta agencia a la conspiración y a pretender erosionar la legitimidad del Gobierno boliviano.
AVN
05/10/2013 16:22
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