Caracas, 03 May. AVN.- Desde el 30 de
abril de 2011 la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) ha cambiado la
vida de más de 558.000 familias, quienes ahora cuentan con un techo
digno, seguro, cómodo, y que les brinda la oportunidad de acceder a los
servicios básicos esenciales y a un hábitat más humano.
"La Misión Vivienda representa para nuestro pueblo la esperanza del vivir bien, la esperanza de ver a nuestros hijos crecer en un ambiente más seguro, de pertenecer a una comunidad, de progresar en familia", expresó Carlos Carabal, quien habita con su esposa y cinco hijos en el urbanismo Teatros, ubicado en la avenida Lecuna de Caracas.
La familia de este instructor de fútbol fue víctima, junto con otras 29 mil, de las intensas precipitaciones registradas a finales de 2010, por lo que debieron ir a refugios habilitados por el Estado para recibir la atención debida y techo, mientras que el Gobierno concluía sus casas definitivas.
"Fueron tiempos duros, ya que lo perdimos todo. Nos quedamos sólo con la ropa que teníamos encima, pero esa prueba nos unió y fortaleció como familia, y hoy gracias a esta misión creada por nuestro comandante Hugo Chávez, tenemos nuestro hogar y estamos felices", relató.
Carlos recordó que nunca perdió su fe, ya que estaba convencido de que el líder socialista cumpliría con la promesa hecha el 13 de febrero de 2011, cuando anunció que "estaba cocinando" la Gran Misión Vivienda Venezuela, y aseguró que "no habrá familia en el país que no tenga su vivienda propia y digna".
Bajo la dirección del gobierno nacional este programa alcanzó la meta de construir 350 mil viviendas en el período comprendido entre 2011 y 2012, superó las 200 mil durante el transcurso de 2013, mientras que para 2019 estima llegar a las 3 millones.
Nuevos techos dignos en la ciudad
En los últimos 3 años la Misión Vivienda ha aprovechado los espacios que se encontraban ociosos dentro de las ciudades para edificar urbanismos que contribuyan a contrarrestar el déficit habitacional del país, calculado en 2,7 millones de casas.
De este modo, solamente en Caracas se han levantado más de 27.000 unidades habitacionales y se encuentran en obras otras 14.000, por lo que es común observar construcciones y nuevos edificios en lugares de la capital que antes se encontraban sub utilizados o abandonados.
"Nuestro líder revolucionario, Hugo Chávez, era un verdadero humanista y siempre colocó al hombre en el primer plano. Él pensó en la manera de solucionar el problema de todos aquellos venezolanos que no contábamos con una vivienda, pero más que eso, buscó la forma de mejorar nuestra vida, de integrarnos, ya que muchos de nosotros veníamos de comunidades muy humildes, en las que nos costaba tener acceso al transporte y algunos servicios", destacó Carabal.
"Por ejemplo, acá en Teatros -continuó diciendo- tenemos hasta una estación del Metro en la esquina, y a nuestros hijos se les facilita la ida a sus escuelas y liceos. Cuándo me iba a imaginar que iba a tener la oportunidad de vivir con mi familia en pleno centro de Caracas, en un lugar tan céntrico, que iba a estar dentro de la ciudad, con todas las comodidades que eso implica".
Plan de construcción masiva
Para los venezolanos que crecieron durante los gobiernos neoliberales de la IV República era inimaginable la posibilidad de que se creará un programa de construcción masiva de viviendas dignas y de alta calidad, diseñado y planificado para atender las necesidades del pueblo trabajador.
Basta revisar las cifras oficiales para constatar que entre 1985 y 1998, 14 años previos a la Revolución, en el país se construyó un acumulado de 891.000 viviendas, mientras que desde 1999 hasta el año pasado, gracias a la acción conjunta del Estado y el Poder Popular, se han levantado un millón 43.000 casas.
"Ningún gobierno de la derecha pensó en el pueblo. Si no se hubiera producido la revolución bolivariana y nuestro comandante Chávez no hubiera llegado al poder, todavía estaríamos en los cerros con temor de que se nos vinieran nuestros ranchos encima. Los gobiernos de la IV República sólo se limitaban a resolver el problema de vivienda regalando láminas de zinc para que las familias arreglaran los techos que se habían caído", recordó Marilyn Suárez.
Esta caraqueña reside desde el pasado febrero junto a su esposo, sus cuatro hijos y un hermano con capacidades especiales, en el complejo urbanístico Santa Rosa, ubicado en la avenida Libertador, en Caracas, y desde esa fecha ha visto cómo la vida de su familia ha mejorado.
"Cuando nos avisaron que nos iban a entregar las llaves de nuestro apartamento no lo podíamos creer, estábamos conquistando nuestro sueño más grande, que era tener un hogar. Antes vivíamos en San Agustín del Sur, en una casa que compartíamos con otras familias, y hoy, gracias a la revolución, tenemos una vivienda con nuestros muebles, con baño, cocina, nevera y con todo lo que imaginábamos", destacó.
Destacó que anteriormente los integrantes de su núcleo familiar debía convivir en una sola habitación, mientras que en el nuevo apartamento cuentan con un espacio de 73 metros cuadrados, distribuidos en tres habitaciones, dos baños, sala, comedor, cocina, lavandero y balcón.
Asimismo, indicó que sus hijos podrán crecer en un ambiente más seguro y tendrán acceso a espacios recreativos. "Aquí en donde antes habían terrenos abandonados y chiveras, ahora se va a construir un bulevar, una plaza, unas canchas y varios locales socioproductivos, para que nuestros hijos puedan tener una mejor infancia de la que nosotros tuvimos".
Cuidar es querer
Lisbeth Cárdenas, quien es vecina de Marilyn, manifestó que todos aquellos venezolanos que cuentan con un hogar digno de la GMVV tienen el deber de conservar y cuidar estos espacios.
"Yo no contaba con los recursos económicos para pagar una vivienda, y por eso valoro tanto que el día de hoy pueda vivir acá con mi familia, y estoy convencida de que está en nosotros mismos la posibilidad de mantener nuestro edificio, nuestros apartamentos cuidados, limpios y bonitos, ya que cuidar es querer", expresó.
Asimismo, expresó que considera necesario que los venezolanos paguen de acuerdo con sus ingresos y de manera justa la unidad habitacional que le fue adjudicada como parte de este programa social, que establece una tabla de financiamiento ajustada a los ingresos y con facilidades.
"Si yo pago mi vivienda, otros también pueden vivir esta realidad que yo estoy viviendo, y así esta gran misión seguirá cumpliendo sueños en todo el país", dijo.
Espacios de paz y convivencia
El presidente de la República, Nicolás Maduro, ha insistido en la necesidad de que la Gran Misión Vivienda Venezuela, más allá de cumplir con su función de crear nuevos espacios habitacionales, tenga un objetivo, espiritual e ideológico como "la nueva organización social para la vida, la paz y la convivencia".
En diciembre de 2012, Ingrid Aguado junto a sus 3 nietos recibió la llave de un apartamento del urbanismo OPPE 12, ubicado en Bellas Artes, y desde entonces ha sido testigo de como se ha desarrollado la organización social entre los vecinos.
"Desde que llegamos aquí todas las 144 familias que habitamos este urbanismo nos hemos involucrado en el tema de la organización, creamos nuestros comités multifamiliares de gestión, los cuales se conforman uno por cada edificio y con la suma de cada uno de estos pudimos instalar un Consejo Comunal y ahora nos agruparemos con otros para conformar una Comuna", explicó.
Al respecto, indicó que una de las tareas trazadas por esta comunidad ha sido identificar su potencial y su línea de acción.
"Estamos ubicados en el centro de Caracas, y decidimos ser una punta de lanza para la paz, para la convivencia, para el rescate de nuestras tradiciones, de nuestra cultura, para consolidar lo que Chávez y la revolución nos dio, y servirle de ejemplo a otras comunidades, para que estas acciones se repliquen por toda la ciudad", afirmó.
"La Misión Vivienda representa para nuestro pueblo la esperanza del vivir bien, la esperanza de ver a nuestros hijos crecer en un ambiente más seguro, de pertenecer a una comunidad, de progresar en familia", expresó Carlos Carabal, quien habita con su esposa y cinco hijos en el urbanismo Teatros, ubicado en la avenida Lecuna de Caracas.
La familia de este instructor de fútbol fue víctima, junto con otras 29 mil, de las intensas precipitaciones registradas a finales de 2010, por lo que debieron ir a refugios habilitados por el Estado para recibir la atención debida y techo, mientras que el Gobierno concluía sus casas definitivas.
"Fueron tiempos duros, ya que lo perdimos todo. Nos quedamos sólo con la ropa que teníamos encima, pero esa prueba nos unió y fortaleció como familia, y hoy gracias a esta misión creada por nuestro comandante Hugo Chávez, tenemos nuestro hogar y estamos felices", relató.
Carlos recordó que nunca perdió su fe, ya que estaba convencido de que el líder socialista cumpliría con la promesa hecha el 13 de febrero de 2011, cuando anunció que "estaba cocinando" la Gran Misión Vivienda Venezuela, y aseguró que "no habrá familia en el país que no tenga su vivienda propia y digna".
Bajo la dirección del gobierno nacional este programa alcanzó la meta de construir 350 mil viviendas en el período comprendido entre 2011 y 2012, superó las 200 mil durante el transcurso de 2013, mientras que para 2019 estima llegar a las 3 millones.
Nuevos techos dignos en la ciudad
En los últimos 3 años la Misión Vivienda ha aprovechado los espacios que se encontraban ociosos dentro de las ciudades para edificar urbanismos que contribuyan a contrarrestar el déficit habitacional del país, calculado en 2,7 millones de casas.
De este modo, solamente en Caracas se han levantado más de 27.000 unidades habitacionales y se encuentran en obras otras 14.000, por lo que es común observar construcciones y nuevos edificios en lugares de la capital que antes se encontraban sub utilizados o abandonados.
"Nuestro líder revolucionario, Hugo Chávez, era un verdadero humanista y siempre colocó al hombre en el primer plano. Él pensó en la manera de solucionar el problema de todos aquellos venezolanos que no contábamos con una vivienda, pero más que eso, buscó la forma de mejorar nuestra vida, de integrarnos, ya que muchos de nosotros veníamos de comunidades muy humildes, en las que nos costaba tener acceso al transporte y algunos servicios", destacó Carabal.
"Por ejemplo, acá en Teatros -continuó diciendo- tenemos hasta una estación del Metro en la esquina, y a nuestros hijos se les facilita la ida a sus escuelas y liceos. Cuándo me iba a imaginar que iba a tener la oportunidad de vivir con mi familia en pleno centro de Caracas, en un lugar tan céntrico, que iba a estar dentro de la ciudad, con todas las comodidades que eso implica".
Plan de construcción masiva
Para los venezolanos que crecieron durante los gobiernos neoliberales de la IV República era inimaginable la posibilidad de que se creará un programa de construcción masiva de viviendas dignas y de alta calidad, diseñado y planificado para atender las necesidades del pueblo trabajador.
Basta revisar las cifras oficiales para constatar que entre 1985 y 1998, 14 años previos a la Revolución, en el país se construyó un acumulado de 891.000 viviendas, mientras que desde 1999 hasta el año pasado, gracias a la acción conjunta del Estado y el Poder Popular, se han levantado un millón 43.000 casas.
"Ningún gobierno de la derecha pensó en el pueblo. Si no se hubiera producido la revolución bolivariana y nuestro comandante Chávez no hubiera llegado al poder, todavía estaríamos en los cerros con temor de que se nos vinieran nuestros ranchos encima. Los gobiernos de la IV República sólo se limitaban a resolver el problema de vivienda regalando láminas de zinc para que las familias arreglaran los techos que se habían caído", recordó Marilyn Suárez.
Esta caraqueña reside desde el pasado febrero junto a su esposo, sus cuatro hijos y un hermano con capacidades especiales, en el complejo urbanístico Santa Rosa, ubicado en la avenida Libertador, en Caracas, y desde esa fecha ha visto cómo la vida de su familia ha mejorado.
"Cuando nos avisaron que nos iban a entregar las llaves de nuestro apartamento no lo podíamos creer, estábamos conquistando nuestro sueño más grande, que era tener un hogar. Antes vivíamos en San Agustín del Sur, en una casa que compartíamos con otras familias, y hoy, gracias a la revolución, tenemos una vivienda con nuestros muebles, con baño, cocina, nevera y con todo lo que imaginábamos", destacó.
Destacó que anteriormente los integrantes de su núcleo familiar debía convivir en una sola habitación, mientras que en el nuevo apartamento cuentan con un espacio de 73 metros cuadrados, distribuidos en tres habitaciones, dos baños, sala, comedor, cocina, lavandero y balcón.
Asimismo, indicó que sus hijos podrán crecer en un ambiente más seguro y tendrán acceso a espacios recreativos. "Aquí en donde antes habían terrenos abandonados y chiveras, ahora se va a construir un bulevar, una plaza, unas canchas y varios locales socioproductivos, para que nuestros hijos puedan tener una mejor infancia de la que nosotros tuvimos".
Cuidar es querer
Lisbeth Cárdenas, quien es vecina de Marilyn, manifestó que todos aquellos venezolanos que cuentan con un hogar digno de la GMVV tienen el deber de conservar y cuidar estos espacios.
"Yo no contaba con los recursos económicos para pagar una vivienda, y por eso valoro tanto que el día de hoy pueda vivir acá con mi familia, y estoy convencida de que está en nosotros mismos la posibilidad de mantener nuestro edificio, nuestros apartamentos cuidados, limpios y bonitos, ya que cuidar es querer", expresó.
Asimismo, expresó que considera necesario que los venezolanos paguen de acuerdo con sus ingresos y de manera justa la unidad habitacional que le fue adjudicada como parte de este programa social, que establece una tabla de financiamiento ajustada a los ingresos y con facilidades.
"Si yo pago mi vivienda, otros también pueden vivir esta realidad que yo estoy viviendo, y así esta gran misión seguirá cumpliendo sueños en todo el país", dijo.
Espacios de paz y convivencia
El presidente de la República, Nicolás Maduro, ha insistido en la necesidad de que la Gran Misión Vivienda Venezuela, más allá de cumplir con su función de crear nuevos espacios habitacionales, tenga un objetivo, espiritual e ideológico como "la nueva organización social para la vida, la paz y la convivencia".
En diciembre de 2012, Ingrid Aguado junto a sus 3 nietos recibió la llave de un apartamento del urbanismo OPPE 12, ubicado en Bellas Artes, y desde entonces ha sido testigo de como se ha desarrollado la organización social entre los vecinos.
"Desde que llegamos aquí todas las 144 familias que habitamos este urbanismo nos hemos involucrado en el tema de la organización, creamos nuestros comités multifamiliares de gestión, los cuales se conforman uno por cada edificio y con la suma de cada uno de estos pudimos instalar un Consejo Comunal y ahora nos agruparemos con otros para conformar una Comuna", explicó.
Al respecto, indicó que una de las tareas trazadas por esta comunidad ha sido identificar su potencial y su línea de acción.
"Estamos ubicados en el centro de Caracas, y decidimos ser una punta de lanza para la paz, para la convivencia, para el rescate de nuestras tradiciones, de nuestra cultura, para consolidar lo que Chávez y la revolución nos dio, y servirle de ejemplo a otras comunidades, para que estas acciones se repliquen por toda la ciudad", afirmó.
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