Foto archivo
Caracas, 27 Dic. AVN.- Dilia Waikarán, actriz de teatro, cine y televisión, interpretará nuevamente el monólogo Manuela Sáenz: vine a decirlo todo,
en una presentación que realizará este viernes a las 11:00 de la mañana
en el Foro Libertador, en ocasión de los 216 años del natalicio de esta
heroína latinoamericana nacida en Quito, Ecuador, el 27 de diciembre de
1797.
Este personaje histórico se presenta en este monólogo en una dimensión que va mucho más allá de la relación que sostuvo con el Libertador Simón Bolívar. La pieza es de la autoría del escritor e historiador zuliano Vinicio Romero, un erudito sobre la vida de Simón Bolívar.
Premiada como Mejor Obra Teatral por el Ministerio para la Cultura en 2007, este monólogo íntimo y al mismo tiempo amplio y profundo explora la realidad de aquellas mujeres que optan por ser libres según su propio esquema de valores.
Manuela Sáenz se enfrentó no sólo al imperio español, sino a los prejuicios sociales y a la moral de su época. Condecorada por el propio San Martín por su valor y audacia, su aporte a la liberación de América Latina se limitó a la condición de "Libertadora del Libertador". Al llegar a un lugar, Manuela se presentaba con las palabras: "Yo soy la Sáenz". Coronela del ejército libertador por derecho propio, terminó sus días sola en Paita, un pequeño puerto en las costas de Perú, donde murió el 23 de noviembre de 1856.
A pesar de las palabras del Libertador, que le pedía que fuera prudente y no se metiera en política, "la Sáenz" interpretada por Dilia Waikarán exclama: "Me meto en política porque me da la gana: Soy política Carajo!".
A muy temprana edad, su madre y ella apoyaron las rebeliones populares a favor de la independencia. Manuela se transforma en una activista insurgente en contra del virrey del Perú José de la Serna (autoridad española para 1820). En 1822 la condecoran por sus servicios a favor de la independencia con la distinción de Caballeresa del Sol.
Ese mismo año conoció en Quito al que fue su gran amor: el Libertador Simón Bolívar. Participó en acciones de combate para reducir un motín de la Plaza de Quito y en la campaña del Perú, comandada por Bolívar, Manuela estaba casi siempre cerca del Libertador.
Entre finales de 1826 y principios de 1827 es apresada y desterrada de Lima, Perú. En 1828, al estar con Bolívar en el palacio de gobierno de Bogotá, Colombia, intentan asesinar al Libertador, pero Sáenz lo salva al sugerirle que escape por una ventana. Es a partir de ese mismo año que Bolívar la nombra La Libertadora del Libertador.
Después de la muerte del Libertador en 1830, Manuela fue expulsada de Bogotá y se fue al exilio para terminar viviendo en la localidad de Paita, Perú.
El 5 de julio de 2010, en el Panteón Nacional, Caracas, el comandante supremo, Hugo Chávez, y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, depositaron en un sarcófago los restos simbólicos de Manuela Sáez junto al altar principal donde reposaban los del Libertador Simón Bolívar.
El líder eterno de la Revolución Bolivariana otorgó a la memoria histórica de Manuela Sáenz el grado de Generala del Ejército Bolivariano.
Este personaje histórico se presenta en este monólogo en una dimensión que va mucho más allá de la relación que sostuvo con el Libertador Simón Bolívar. La pieza es de la autoría del escritor e historiador zuliano Vinicio Romero, un erudito sobre la vida de Simón Bolívar.
Premiada como Mejor Obra Teatral por el Ministerio para la Cultura en 2007, este monólogo íntimo y al mismo tiempo amplio y profundo explora la realidad de aquellas mujeres que optan por ser libres según su propio esquema de valores.
Manuela Sáenz se enfrentó no sólo al imperio español, sino a los prejuicios sociales y a la moral de su época. Condecorada por el propio San Martín por su valor y audacia, su aporte a la liberación de América Latina se limitó a la condición de "Libertadora del Libertador". Al llegar a un lugar, Manuela se presentaba con las palabras: "Yo soy la Sáenz". Coronela del ejército libertador por derecho propio, terminó sus días sola en Paita, un pequeño puerto en las costas de Perú, donde murió el 23 de noviembre de 1856.
A pesar de las palabras del Libertador, que le pedía que fuera prudente y no se metiera en política, "la Sáenz" interpretada por Dilia Waikarán exclama: "Me meto en política porque me da la gana: Soy política Carajo!".
A muy temprana edad, su madre y ella apoyaron las rebeliones populares a favor de la independencia. Manuela se transforma en una activista insurgente en contra del virrey del Perú José de la Serna (autoridad española para 1820). En 1822 la condecoran por sus servicios a favor de la independencia con la distinción de Caballeresa del Sol.
Ese mismo año conoció en Quito al que fue su gran amor: el Libertador Simón Bolívar. Participó en acciones de combate para reducir un motín de la Plaza de Quito y en la campaña del Perú, comandada por Bolívar, Manuela estaba casi siempre cerca del Libertador.
Entre finales de 1826 y principios de 1827 es apresada y desterrada de Lima, Perú. En 1828, al estar con Bolívar en el palacio de gobierno de Bogotá, Colombia, intentan asesinar al Libertador, pero Sáenz lo salva al sugerirle que escape por una ventana. Es a partir de ese mismo año que Bolívar la nombra La Libertadora del Libertador.
Después de la muerte del Libertador en 1830, Manuela fue expulsada de Bogotá y se fue al exilio para terminar viviendo en la localidad de Paita, Perú.
El 5 de julio de 2010, en el Panteón Nacional, Caracas, el comandante supremo, Hugo Chávez, y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, depositaron en un sarcófago los restos simbólicos de Manuela Sáez junto al altar principal donde reposaban los del Libertador Simón Bolívar.
El líder eterno de la Revolución Bolivariana otorgó a la memoria histórica de Manuela Sáenz el grado de Generala del Ejército Bolivariano.
AVN
27/12/2013 10:22
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